EL AMOR
“La vida es un torbellino donde unos nacen con estrella y otros estrellados.
El mundo es un engranaje exacto, donde unos ríen, otros lloran, disfrutan, sufren…Yo soy uno de esos tantos millones de seres que se desenvuelven en él, mientras sigue su curso totalmente ajeno a lo que ocurre en sus entrañas.
Yo, después de deambular de aquí, allá, de un sitio a otro, conociendo a éste, aquélla, aquél, ésta, te conocí a ti, hablamos, me enamoré de ti, has logrado penetrar en lo más hondo de mi alma.
Ahora dices que me quieres olvidar: de acuerdo, tu pensamiento será para mí una orden, tajante, concreta, tú lo quieres, así será.
Tú eres buena, honrada y bien parecida; Dios que tan justo es, hará que encuentres un hombre que te quiera tanto como yo, quizás más, tú también lo querrás a él, os casaréis y serás feliz, muy feliz. Ése es mi deseo.
Procuraré por todos los medios que no me veas jamás, para facilitar tu propósito, pero ten esto bien presente, si algún día cambias de parecer, ten en cuenta que yo nunca te olvidaré, te querré siempre, hasta la muerte".
José Arques Lloréns
Esta carta, fechada en los años 50, evidencia varias facetas importantes de uno de los más grandes amores que conozco y gracias al cual, existo. En tan entrañable y sobrecogedora misiva se puede observar la profundidad de los sentimientos de mi padre hacia mi madre, pero hay algo más, algo maravilloso. Me refiero a la enorme sinceridad y gesto de entrega con el cual son expresados estos latidos del corazón, hecho que me lleva a deducir que José Arques Lloréns no padecía en modo alguno esa enfermedad que ahora abunda en la sociedad, debido a la cual, algunos hombres son incapaces de transmitir a la mujer que aman lo que sienten por ella y que se denomina alexitimia.
Cuando el artista conoció a la mujer que me dio el ser, tenía tan sólo veintidós años. Ella era una menor, ya que su edad no rebasaba los quince años. Mi abuela Josefa, madre de mi madre, una mujer que ahora, en el siglo veintiuno, sería catalogada de “madre coraje”, se negó desde el primer momento a que esta relación se consolidara, aunque con el tiempo hubo de reconocer que se equivocó.
LA MÚSICA
Varias son las canciones creadas por Tolo. Entre ellas destacan El tostón y la letra inicial de La manta al coll, que tal y como he contado en otro capítulo anterior, nació en las calles del barrio de Campoamor. Mi padre la cantaba coreado por mi familia que tocaba improvisados tambores hechos con cubos y palos. Iba añadiendo estrofas según las inventaba. La manta al coll es ante todo una canción alicantina, escrita por un alicantino y de temas alicantinos. No habla de otros lugares de España o de la Comunidad Valenciana, nombra la playa del Postiguet, una playa de la terreta que mi padre tanto amaba. Muchas son las anécdotas relacionadas con los principios de esta canción. Mi padre, antes de salir fuera de la provincia con sus giras, actuaba sólo en los teatros de la ciudad y en los pueblos de los alrededores. Nunca olvidó su tierra y de vez en cuando volvía y derrochaba su arte en el Teatro Carolo o en otros escenarios alicantinos. Pero sus principios fueron en la provincia alicantina y ahí fue donde promocionó La manta al coll. La cantaba para cerrar sus actuaciones. Y ocurrió que en un teatrillo de Villafranqueza cantó una estrofa que acababa de escribir, en la que habla de un perrito que huele a una perrita y le pide mantener relaciones sexuales y ella le dice que no lo hará delante de la gente, pero que lo espera en el portal a la hora convenida. Tras cantar esta estrofa, un cura que se encontraba entre el público tachó a mi padre de inmoral por cantar esa canción y lo denunció a la Guardia Civil, que lo arrestó y pasó la noche en el cuartelillo. En la puerta del cuartel lo esperó toda la noche mi familia, mis tías, mi abuela y mis tías abuelas, que fueron siempre fieles admiradoras del artista y del hombre, de Tolo.
También quiero destacar que en otra estrofa habla del mercadillo de Campoamor, refiriéndose a una mujer que va robando verduras y al agacharse se le "ve la alcachofa". Este dato reafirma aún más el hecho de la relación existente entre el barrio de Campoamor y La manta al coll. No es de extrañar, puesto que mi padre nació en Capitán Hernández Mira.
Lo del cabaset y el postiguet viene de las cenas que celebraban los alicantinos en el Cocó. En el cabaset llevaban las viandas. En la letra inicial figura la expresión "prendre el pet" aludiendo a las fiestas nocturnas en la playa del Postiguet.
En otras canciones, mi padre ha usado la palabra "cabaset", por ejemplo:
Mos han donat un cabaset de merda
y no el volia yo
y no el volia yo
y no el volia yo.
Mos han donat un cabaset de fem
y no el volia yo
y no el volia yo
y no el volia yo.
Mi familia cantaba esta canción cuando se reunía en el campo. Un día que iba mi madre con ellos, mi padre les indujo a todos menos a mi madre a callarse tras la expresión "cabaset de" y se oyó a mi madre a grito pelado: ¡Merda!. Todos rieron, incluso ella.
La música formaba parte de su vida. Recuerdo que tocaba el uquelele de maravilla y yo cantaba con él. Cantábamos juntos: "Todas las mañanitas vuelve la aurora y se lleva la noche triste y traidora. Otra vez vuelve al alba el sol, la alegría y en su luz la esperanza de un nuevo día". Él la cantaba en tono grave y yo tenía que hacer los altos.
Arriba se puede observar una estrofa de la canción LA MANTA AL COLL, que Tolo cantaba en los escenarios, de puño y letra. Sobre la primera parte no tengo ninguna información añadida. Respecto a la segunda he de decir que yo misma lo escuché cantándola en el homenaje a Antulio Sanjuan celebrado el 6 de marzo de 1975.
“La vida es un torbellino donde unos nacen con estrella y otros estrellados.
El mundo es un engranaje exacto, donde unos ríen, otros lloran, disfrutan, sufren…Yo soy uno de esos tantos millones de seres que se desenvuelven en él, mientras sigue su curso totalmente ajeno a lo que ocurre en sus entrañas.
Yo, después de deambular de aquí, allá, de un sitio a otro, conociendo a éste, aquélla, aquél, ésta, te conocí a ti, hablamos, me enamoré de ti, has logrado penetrar en lo más hondo de mi alma.
Ahora dices que me quieres olvidar: de acuerdo, tu pensamiento será para mí una orden, tajante, concreta, tú lo quieres, así será.
Tú eres buena, honrada y bien parecida; Dios que tan justo es, hará que encuentres un hombre que te quiera tanto como yo, quizás más, tú también lo querrás a él, os casaréis y serás feliz, muy feliz. Ése es mi deseo.
Procuraré por todos los medios que no me veas jamás, para facilitar tu propósito, pero ten esto bien presente, si algún día cambias de parecer, ten en cuenta que yo nunca te olvidaré, te querré siempre, hasta la muerte".
José Arques Lloréns
Esta carta, fechada en los años 50, evidencia varias facetas importantes de uno de los más grandes amores que conozco y gracias al cual, existo. En tan entrañable y sobrecogedora misiva se puede observar la profundidad de los sentimientos de mi padre hacia mi madre, pero hay algo más, algo maravilloso. Me refiero a la enorme sinceridad y gesto de entrega con el cual son expresados estos latidos del corazón, hecho que me lleva a deducir que José Arques Lloréns no padecía en modo alguno esa enfermedad que ahora abunda en la sociedad, debido a la cual, algunos hombres son incapaces de transmitir a la mujer que aman lo que sienten por ella y que se denomina alexitimia.
Cuando el artista conoció a la mujer que me dio el ser, tenía tan sólo veintidós años. Ella era una menor, ya que su edad no rebasaba los quince años. Mi abuela Josefa, madre de mi madre, una mujer que ahora, en el siglo veintiuno, sería catalogada de “madre coraje”, se negó desde el primer momento a que esta relación se consolidara, aunque con el tiempo hubo de reconocer que se equivocó.
LA MÚSICA
Varias son las canciones creadas por Tolo. Entre ellas destacan El tostón y la letra inicial de La manta al coll, que tal y como he contado en otro capítulo anterior, nació en las calles del barrio de Campoamor. Mi padre la cantaba coreado por mi familia que tocaba improvisados tambores hechos con cubos y palos. Iba añadiendo estrofas según las inventaba. La manta al coll es ante todo una canción alicantina, escrita por un alicantino y de temas alicantinos. No habla de otros lugares de España o de la Comunidad Valenciana, nombra la playa del Postiguet, una playa de la terreta que mi padre tanto amaba. Muchas son las anécdotas relacionadas con los principios de esta canción. Mi padre, antes de salir fuera de la provincia con sus giras, actuaba sólo en los teatros de la ciudad y en los pueblos de los alrededores. Nunca olvidó su tierra y de vez en cuando volvía y derrochaba su arte en el Teatro Carolo o en otros escenarios alicantinos. Pero sus principios fueron en la provincia alicantina y ahí fue donde promocionó La manta al coll. La cantaba para cerrar sus actuaciones. Y ocurrió que en un teatrillo de Villafranqueza cantó una estrofa que acababa de escribir, en la que habla de un perrito que huele a una perrita y le pide mantener relaciones sexuales y ella le dice que no lo hará delante de la gente, pero que lo espera en el portal a la hora convenida. Tras cantar esta estrofa, un cura que se encontraba entre el público tachó a mi padre de inmoral por cantar esa canción y lo denunció a la Guardia Civil, que lo arrestó y pasó la noche en el cuartelillo. En la puerta del cuartel lo esperó toda la noche mi familia, mis tías, mi abuela y mis tías abuelas, que fueron siempre fieles admiradoras del artista y del hombre, de Tolo.
También quiero destacar que en otra estrofa habla del mercadillo de Campoamor, refiriéndose a una mujer que va robando verduras y al agacharse se le "ve la alcachofa". Este dato reafirma aún más el hecho de la relación existente entre el barrio de Campoamor y La manta al coll. No es de extrañar, puesto que mi padre nació en Capitán Hernández Mira.
Lo del cabaset y el postiguet viene de las cenas que celebraban los alicantinos en el Cocó. En el cabaset llevaban las viandas. En la letra inicial figura la expresión "prendre el pet" aludiendo a las fiestas nocturnas en la playa del Postiguet.
En otras canciones, mi padre ha usado la palabra "cabaset", por ejemplo:
Mos han donat un cabaset de merda
y no el volia yo
y no el volia yo
y no el volia yo.
Mos han donat un cabaset de fem
y no el volia yo
y no el volia yo
y no el volia yo.
Mi familia cantaba esta canción cuando se reunía en el campo. Un día que iba mi madre con ellos, mi padre les indujo a todos menos a mi madre a callarse tras la expresión "cabaset de" y se oyó a mi madre a grito pelado: ¡Merda!. Todos rieron, incluso ella.
La música formaba parte de su vida. Recuerdo que tocaba el uquelele de maravilla y yo cantaba con él. Cantábamos juntos: "Todas las mañanitas vuelve la aurora y se lleva la noche triste y traidora. Otra vez vuelve al alba el sol, la alegría y en su luz la esperanza de un nuevo día". Él la cantaba en tono grave y yo tenía que hacer los altos.
Arriba se puede observar una estrofa de la canción LA MANTA AL COLL, que Tolo cantaba en los escenarios, de puño y letra. Sobre la primera parte no tengo ninguna información añadida. Respecto a la segunda he de decir que yo misma lo escuché cantándola en el homenaje a Antulio Sanjuan celebrado el 6 de marzo de 1975.
3 comentarios:
DESDE AQUI AGRADECER PUBLICAMENTE TU EMPEÑO. TE QUIERO MUCHO.
Aunque me hace sentirme mayor, al mismo tiempo me siento muy feliz al recordar las actuaciones de Canteras de Artistas y los comentrios humoristicos de Tolo que traen a mis recuerdos el aroma de lo autentico alicantino
Un saludo cordial
¿No podeis poner la letra de la Manta al coll i el cabaset?
Hola, Juan:
Os pedimos un poco de paciencia. Estamos recopilando todas las canciones de Tolo para darlas a conocer todas juntas.
Afectuosos saludos
María Emilia Arques Cano
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